Opinión

PUNTO NOTICIAS OPINIÓN: En esta sección, ofrecemos un espacio para la reflexión y el debate en torno a los temas más importantes de nuestra sociedad. Aquí, diversos autores comparten sus opiniones, análisis y perspectivas sobre una variedad de asuntos que nos afectan a todos.

LUIS MANCILLA GOMEZ 
REPRESENTANTE DE DEFENSA PERSONAL - DGMN
MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL
GOBIERNO DE CHILE
La defensa personal femenina como herramienta de prevención de la violencia de género: empoderamiento, educación y seguridad comunitaria

 La defensa personal femenina se presenta cada vez más como una dimensión clave de la prevención de la violencia de género. Más allá de técnicas físicas, suele integrarse con educación en derechos, salud, bienestar psicologico y físico  y redes de apoyo. Este enfoque busca reducir la vulnerabilidad, aumentar la confianza y promover cambios culturales que cuestionen la violencia como norma. El artículo explora fundamentos, evidencia disponible, barreras de acceso y recomendaciones para políticas públicas, instituciones educativas y comunidades.

Contexto y fundamentos
  • Violencia de género: comprende cualquier acto de violencia basada en el género que resulte en daño físico, sexual o psicológico. Las mujeres y personas con identidades de género diversas son las más afectadas.
  • Definición de defensa personal: conjunto de habilidades físicas, estrategias de autoprotección, y herramientas de seguridad que permiten a una persona evitar o responder a una agresión de forma proporcional y segura.
  • Enfoque integral: la defensa personal no debe entenderse aislada de otras medidas de prevención (educación, entornos seguros, iluminación adecuada, presence de personal de apoyo) y de la defensa de derechos.
Componentes clave de una defensa personal efectiva
  • Educación en derechos y autocuidado: conocimiento de leyes, recursos disponibles (denuncias, apoyo psicológico, refugios), y procesos legales.
  • Técnicas prácticas: autocuidado, control del entorno, uso de señalamientos de alerta, y, cuando corresponde, técnicas de escape o defensa física proporcionadas por instructores certificados.
  • Prevención situacional: evaluación de riesgos, lectura del entorno, planificación de rutas seguras, y establecimiento de redes de confianza.
  • Recursos de apoyo: líneas de emergencia, servicios de protección, y acompañamiento policial o comunitario.
Evidencia y beneficios
  • Empoderamiento y reducción de vulnerabilidad: investigaciones señalan que la capacitación en defensa personal puede aumentar la autoestima, la autoconfianza y la percepción de control sobre situaciones de riesgo.
  • Impacto en la seguridad comunitaria: cuando múltiples actores (escuelas, empresas, municipios) implementan programas de defensa personal junto con políticas de prevención, pueden reducir incidentes y fomentar una cultura de denuncia.
  • Limitaciones y realismo: la defensa personal no es una solución única; su efectividad depende de factores contextuales (entorno, apoyo institucional, temporelidad de intervención) y debe integrarse con medidas de protección y respuesta institucional.
Desafíos y consideraciones éticas

  • Riesgos de culpabilización de la víctima: evitar enfoques que coloquen la responsabilidad del abuso en la víctima por no haber evitado la situación.
  • Acceso equitativo: garantizar que mujeres y niñas de diferentes edades, niveles socioeconómicos y comunidades tengan acceso a formación de calidad.
  • Calidad de la instrucción: necesidad de instructores certificados, métodos basados en evidencia, y contenido sensible a experiencias de violencia.
  • Cultural y de género: programas deben promover la autonomía sin reforzar roles de género estereotipados.
Implementación: estrategias y buenas prácticas

  • Integración en currículos educativos: incluir módulos de defensa personal y derechos humanos en escuelas, universidades y centros de formación.
  • Programas comunitarios y municipales: alianzas entre municipalidades, Policía de Chile (o equivalente), y organizaciones civiles para ofrecer talleres regulares.
  • Incentivos institucionales: salariales o reconocimientos para docentes y capacitadores, y auditorías de calidad de los programas.
  • Evaluación y monitoreo: indicadores de resultado (autoeficacia, denuncias, sensación de seguridad) y mecanismos de retroalimentación de las participantes.
  • Adaptación cultural: adaptar contenidos a contextos específicos (trabajo nocturno, transporte público, universidades, comunidades rurales) respetando identidades y experiencias diversas.
Recomendaciones para distintos actores
  • Gobierno y políticas públicas: incorporar defensa personal como componente de programas integrales de prevención de violencia de género; asignar fondos para capacitación de instructores y espacios seguros.
  • Instituciones educativas: implementar talleres obligatorios de defensa personal y derechos, con enfoque de género y derechos humanos; garantizar accesibilidad para todas las estudiantes.
  • Empresas y empleadores: promover capacitaciones para empleadas y políticas de seguridad en el lugar de trabajo; facilitar entornos laborales seguros y canales de denuncia.
  • Sociedad civil y comunidad: fomentar redes de apoyo, grupos de autoayuda, y campañas de sensibilización que normalicen la búsqueda de ayuda y la denuncia de abusos.
Conclusión:

La defensa personal femenina, cuando se integra con educación en derechos y redes de apoyo, puede ser una herramienta valiosa para la prevención de la violencia de género. Su efectividad radica en el enfoque integral, la calidad de la instrucción y el compromiso de la comunidad para transformar las dinámicas de poder que sostienen la violencia. No obstante, debe ir acompañada de políticas públicas robustas, transparencia institucional y una cultura que condene la violencia en todas sus formas.
La defensa personal femenina, cuando se integra con educación en derechos y redes de apoyo, puede ser una herramienta valiosa para la prevención de la violencia de género. Su efectividad radica en el enfoque integral, la calidad de la instrucción y el compromiso de la comunidad para transformar las dinámicas de poder que sostienen la violencia. No obstante, debe ir acompañada de políticas públicas robustas, transparencia institucional y una cultura que condene la violencia en todas sus formas.

Ricardo Bravo Cornejo
Koddpa y el fracaso preventivo del Estado; un llamado urgente a la responsabilidad de la administración pública
Columna de opinión: Por Ricardo Bravo Cornejo

La reciente estafa digital protagonizada por la aplicación Koddpa —que hoy mantiene a cientos de familias chilenas con pérdidas económicas millonarias— no es solo un caso más de fraude informático o una anécdota que ilustra los peligros del dinero fácil. Es, ante todo, una radiografía de las fragilidades institucionales de nuestro país frente a un fenómeno que crece a la par de la transformación digital: la proliferación de esquemas piramidales encubiertos bajo sofisticadas plataformas virtuales. La pregunta que debemos hacernos no es únicamente quiénes son los responsables penales, sino también por qué el Estado, a través de su aparato administrativo, no logró anticipar, regular ni educar frente a este fenómeno.

Una estafa anunciada en un entorno desregulado

Koddpa se presentó como una plataforma de inversión en dólares, accesible desde una aplicación móvil. Su lógica era simple: ingresar dinero, realizar operaciones simuladas de compra y venta de divisas, y recibir intereses. Las primeras ganancias estaban garantizadas —como ocurre en toda pirámide— y la red se expandía por recomendación de conocidos, amigos y familiares, lo que generaba un círculo de confianza difícil de romper. La confianza, por tanto, se volvió el combustible de la estafa.Sin embargo, el crecimiento de estas plataformas no es casual ni impredecible. Son parte de un ecosistema digital que hoy se encuentra desregulado, sin control suficiente del Estado y sin mecanismos preventivos efectivos por parte de las instituciones públicas. Es aquí donde se instala el núcleo del problema: el fallo preventivo del Estado y la omisión de la administración pública ante nuevas formas de criminalidad digital.

El deber de cuidado del Estado y la prevención como política pública

La administración pública moderna no solo debe actuar reactivamente frente al delito, sino también establecer políticas públicas orientadas a la prevención de daños, especialmente en contextos donde el riesgo es alto y las consecuencias afectan directamente a la ciudadanía más vulnerable. En este caso, muchas víctimas de Koddpa pertenecen a sectores medios, profesionales independientes, jóvenes y adultos mayores, todos ellos expuestos por igual ante la promesa de rentabilidades fáciles en un país golpeado por la incertidumbre económica y la precarización del trabajo.Es aquí donde se evidencia una grave falla de la función preventiva del Estado, que tiene su raíz en:
  • La falta de alfabetización digital y financiera a nivel nacional, que impide a los ciudadanos identificar riesgos asociados a plataformas de inversión.
  • La escasa fiscalización proactiva por parte de organismos públicos como la CMF (Comisión para el Mercado Financiero), el SERNAC o incluso el Ministerio del Interior, cuya labor debería integrar la supervisión de esquemas que circulan masivamente en el ecosistema digital chileno.
  • La ausencia de normativas específicas para plataformas tecnológicas de inversión que operan en la informalidad, aprovechando vacíos legales y la lentitud del aparato estatal para intervenir.
La debilidad del control administrativo en la era digital

La administración pública enfrenta un desafío de transformación urgente. Si bien ha avanzado en modernización, aún opera con lógicas burocráticas tradicionales, incapaces de responder con agilidad y anticipación frente a dinámicas criminales digitales. La creación de unidades especializadas en cibercrimen dentro de la PDI o del Ministerio Público es un paso importante, pero insuficiente. No se trata solo de perseguir penalmente a los responsables, sino de crear un ecosistema estatal coordinado, inteligente y preventivo.Este caso demuestra que no existen protocolos de alerta temprana, ni una institucionalidad pública capacitada para monitorear plataformas emergentes que ofrecen servicios financieros no regulados. La descentralización de competencias, la falta de interoperabilidad entre organismos y la ausencia de una política pública de ciberseguridad económica son síntomas de un Estado que no ha entendido que el delito digital es hoy tan real y dañino como el delito físico.

Propuestas desde la administración pública

Frente a este escenario, es urgente avanzar en un nuevo marco de gobernanza digital, en donde la administración pública asuma con responsabilidad su rol de garante de la seguridad económica de las personas. Algunas medidas concretas incluyen:
  1. Implementar una Estrategia Nacional de Alfabetización Financiera Digital, coordinada entre el Ministerio de Educación, el Ministerio de Economía, el Banco Central y la CMF, con un enfoque transversal desde la educación escolar hasta programas comunitarios para adultos mayores.
  2. Fortalecer la institucionalidad pública en torno al control de plataformas de inversión no reguladas, exigiendo a cualquier aplicación o servicio que opere en Chile su inscripción ante un registro público de plataformas tecnológicas con fines financieros.
  3. Desarrollar una Unidad de Prevención de Fraudes Digitales en el Ministerio del Interior, con facultades para emitir alertas ciudadanas, coordinar con la PDI y SERNAC, y bloquear preventivamente páginas web o apps sospechosas mientras se investiga su legalidad.
  4. Establecer un sistema de compensación estatal para víctimas de fraudes digitales, similar a los fondos de garantía para ahorros bancarios, especialmente en casos donde la omisión del Estado o su inacción haya contribuido al daño.
  5. Diseñar mecanismos de gobernanza participativa, incorporando a organizaciones sociales, asociaciones de consumidores y expertos en ciberseguridad en el monitoreo y evaluación de políticas públicas en esta materia.
Koddpa no solo nos deja el dolor de cientos de personas engañadas, sino también una advertencia urgente para la administración pública: el futuro del delito ya no se esconde en callejones oscuros, sino en interfaces de usuario, en grupos de WhatsApp y en redes sociales. El Estado no puede seguir siendo un actor pasivo o tardío frente a estas nuevas amenazas. La ciudadanía necesita instituciones públicas que no solo castiguen, sino que prevengan, eduquen, informen y protejan proactivamente.La administración pública debe transformarse, no como una reacción ante el daño, sino como una forma de anticiparlo. Solo así podremos recuperar la confianza en las instituciones, proteger a nuestros ciudadanos y garantizar que el desarrollo digital no sea un espacio para la impunidad.
Ricardo Bravo Cornejo

Fiscalización de Licencias Médicas: ¿Protección o Persecución?

Por Ricardo Bravo Cornejo, abogado.

La controversia en torno a las licencias médicas ha estallado con fuerza esta semana. El Colegio Médico de Chile (Colmed) acusó a la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (Compin) y a la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) de aplicar sanciones “sin garantías ni debido proceso”, mientras el Ministerio de Salud (Minsal) insiste en la urgencia de controlar fraudes que, según sus cifras, representan hasta un 10 % del presupuesto de subsidios por incapacidad laboral. 

¿Dónde queda el debido proceso?
El artículo 19 N° 3 de la Constitución garantiza que ningún procedimiento administrativo podrá privar a un ciudadano de sus derechos sin notificación previa, plazo para presentar pruebas y audiencia de descargo. Sin embargo, múltiples médicos denuncian multas y suspensiones de su habilitación emitidas por errores de plataforma o formatos administrativos, sin ser siquiera notificados con antelación. En un sistema en el que la “emergencia por fraude” justifica toda medida, corre el riesgo de transformarse a su vez en una emergencia contra la profesión médica misma.
 
El proyecto de ley (boletín 14.845), aprobado por la Cámara y ratificado en comisión mixta, endurece las sanciones: multas de hasta 600 UTM, suspensiones de hasta seis meses (o definitivas) e instrucciones de notificación electrónica. Además, traslada la carga de acompañar toda ficha clínica al facultativo; amplía competencias de Compin y Suseso; y dispone derivar al Ministerio Público los posibles fraudes (art. 210 del Código Penal).

Eficiencia vs. Justicia
No podemos negar que el sistema arrastra gravísimos costos: 3 billones de pesos anuales en subsidios y un supuesto 10 % de licencias irregulares. No obstante, en nuestra prisa por “proteger” el erario, corremos el riesgo de vulnerar derechos fundamentales y de dañar el ejercicio mismo de la medicina pública. ¿Cómo confiar en un procedimiento donde quien prescribe el reposo se convierte en fiscalizado –sin garantías– de su propio acto médico? 

Tres propuestas para corregir el rumbo
  1. Protocolos claros y participativos. Crear comisiones mixtas (autoridad y colegio profesional) que revisen los casos de sanción antes de imponer multas.
  2. Notificaciones con tiempo y forma. Cumplir con Ley 19.880 sobre Procedimientos Administrativos, garantizando plazo real para descargos y presentación de pruebas.
  3. Mejorar la plataforma digital. Una herramienta fiable reduce errores de formato que hoy se traducen en sanciones injustas.

La sostenibilidad financiera y el resguardo de la salud de los trabajadores no son fines opuestos: son complementarios. Un sistema de licencias médicas robusto debe equilibrar control responsable con pleno respeto a los derechos de médicos y pacientes. Si no ajustamos este equilibrio, terminaremos protegiendo un esqueleto normativo mientras descuartizamos la confianza en la medicina pública.
Punto Noticias
Análisis de la delincuencia en Chile: una emergencia que requiere acción concertada
Como ciudadano preocupado por el bienestar de nuestra nación, considero fundamental analizar la situación de la delincuencia en Chile y entender que enfrentar esta problemática demanda más que medidas aisladas.La delincuencia ha evolucionado y se ha vuelto más compleja, manifestándose no solo en delitos tradicionales sino también en formas de violencia organizada, ciberdelincuencia y delitos económicos. La raíz de estos problemas está en la desigualdad social, la falta de oportunidades y la débil institucionalidad en algunos ámbitos.Para abordar eficazmente esta problemática, se requiere un enfoque multidimensional que incluya:
  • Fortalecimiento de las instituciones: Una policía mejor equipada, capacitada y con mayor presencia en las comunidades es esencial, pero también la justicia y las instituciones sociales deben ser robustas y transparentes.
  • Prevención social: Invertir en educación, empleo y programas sociales que reduzcan las factores de riesgo en las comunidades vulnerables.
  • Participación comunitaria: Las comunidades deben ser protagonistas en la construcción de soluciones, promoviendo la convivencia y el apoyo mutuo.
  • Reformas legislativas: Necesitamos leyes que sean justas y eficaces, que permitan una respuesta rápida y proporcional a la delincuencia, sin vulnerar los derechos humanos.
  • Innovación y tecnología: Uso de tecnologías miodernas para monitoreo, investigación y prevención del delito, garantizado siempre el respeto por los derechos fundamentales. No basta con incrementar las enas; debemos atacar las causas profundas que generan la delincuencia. Solo con un esfuerzo conjunto entre el estado l la sociedad civil y las comunidades, podremos construir un Chile más seguro y justo.
    La seguridad es un derecho de todos; su protección requiere compromiso, ideas claras y acción coordinada.

    LUIS A, MANCILLA GÓMEZ
    EXÉRTO EN SEGURIDAD - ANALISTA DE INTELIGENCIA

Punto Noticias
¿Es Trump el fin del orden internacional basado en reglas?
"Es tosco, brutal, un matón y carece por completo de cualquier sutileza." En resumen: UN LIDER.

A no ser que tu prefieras a Biden…

Algunas de las cosas que Trump planea hacer no son tan sin precedentes como la gente las pinta. Por ejemplo, recientemente se han filtrado planes sobre la intención de Trump de invadir Panamá. Esto ya ocurrió antes, en 1989.

Y aquí va un dato curioso: el senador estadounidense y posterior presidente Joe Biden, demócrata, apoyó completamente la invasión de Panamá por George Bush padre en 1989.

El objetivo era deshacerse del dictador Manuel Noriega. Él mismo, un títere de la CIA. Le pusieron un bonito nombre a la invasión en aquel momento. "Operación Causa Justa". En serio.

Lo que Trump representa, principalmente, es el fin de las apariencias. Es tosco, brutal, un matón y carece por completo de cualquier sutileza. El juego que juega —o intenta jugar— es el mismo que han jugado otros presidentes antes que él. Es el juego de la dominación mundial. Otros presidentes simplemente jugaban mejor. Sabían con qué dictadores congraciarse y a cuáles repudiar o eliminar para beneficiar al máximo a los Estados Unidos de América. Una regla importante de política exterior era: "Nunca confíes en los rusos". Porque los rusos intentaban hacer lo mismo que América. Eran como el Imperio Americano, pero pedido en Temu. Una versión barata, brutal y menos sutil del mismo juego.

Ahora tenemos a Donald J. Trump en el cargo y sueña con hacer las mismas cosas que han hecho los anteriores presidentes "fuertes". Jugar los mismos juegos. Solo que él es un jugador más errático. Impredecible. Y mucho menos hábil. No será el único jugador, otros tomarán el relevo después de Trump. Pero está haciendo todo lo posible por reducir la baraja para quien venga después.
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